Estas son las doctrinas fundamentales de la Iglesia Cristiana Sion:
La inspiración de las Escrituras
Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y autoritaria de fe y conducta (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21).
Creemos que sólo los 66 libros de la Biblia son la Palabra inspirada de Dios, y por lo tanto son la infalible Palabra de Dios. La Biblia es la autoridad final para todo lo que creemos y define cómo hemos de vivir (Mt. 5:18; Jn. 10:35, 17:17; 2 Ti. 3:16-17; 2 P. 1:20-21).
El único Dios verdadero
Creemos que el único Dios verdadero existe eternamente en tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— y que estos, siendo un solo Dios, son iguales en deidad, poder y gloria. Creemos que Dios, no solo creó el mundo, sino que también sostiene, gobierna y dirige providencialmente todo lo que existe y que Él va a traer todas las cosas a su consumación en Cristo Jesús para la gloria de su nombre (Sal. 104, 139; Mt. 10:29-31, 28:19; Hch. 17:24-28; 2Co. 13:14; Ef. 1:9-12, 4:4-6; Col. 1:16-17; Heb. 1:1-3; Ap. 1:4-6).
Creemos que Jesucristo es Dios encarnado, completamente Dios y completamente Hombre, que fue concebido y nacido de una virgen, vivió una vida sin pecado, y se ofreció a sí mismo como un sacrificio penal y sustituto por los pecadores. Por su sangre derramada en la Cruz, obtuvo para nosotros redención eterna, el perdón de pecados y vida eterna. Él fue levantado físicamente al tercer día y ascendió a la diestra del Padre para interceder por siempre por los santos (Mt. 1:18-25; Jn. 1:1-18; Ro. 8:34; 1 Co. 15:1-28; 2 Co. 5:21; Gá. 3:10-14; Ef. 1:7; Flp. 2:6-11; Col. 1:15-23; Heb. 7:25, 9:13-15, 10:19; 1 P. 2:21-25; 1 Jn. 2:1-2).
Creemos que el Señor Jesucristo bautiza a los creyentes en el Espíritu Santo, con quién somos sellados para el día de la redención. El Espíritu Santo regenera al cristiano y habita dentro de él para siempre, equipándole para vivir una vida de santidad y servicio. Posterior a la conversión, el Espíritu desea llenar a los creyentes y ungirlos con poder para ministrar y testificar. También creemos que las señales y los prodigios, así como todos los dones del Espíritu descritos en el Nuevo Testamento, operan actualmente y están diseñados para testificar de la presencia del Reino, y para edificar y llenar de poder a la iglesia con el fin de que cumpla su llamamiento y misión (Mt. 3:11; Jn. 1:12-13, 3:1-15; Hch. 4:29-30; Ro. 8:9, 12:3-8; 1 Co.12:12-13; 2 Co. 1:21-22; Gá. 3:1-5; Ef. 1:13-14, 5:18).
La salvación
Creemos que todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa que le separa de Dios. (Ro. 3:23; Is. 53;6; 1 Jn. 5:19; Pro. 20:9)
Creemos que la salvación es sólo por gracia, y sólo a través de la fe en Cristo. Ninguna ordenanza, ritual, obra u actividad es requerida o acepta para poder ser salvos. Esta gracia salvadora de Dios, también nos santifica al habilitarnos a través del Espíritu Santo para hacer aquello que es agradable a los ojos de Dios y así ser conformados progresivamente a la imagen de Cristo (Jn. 1:12-13, 6:37-44 y 10:25-30; Hch. 16:30-31; Ro. 3-4, 8:1-17, 31-39, 10:8- 10; Ef. 2:8-10; Flp. 2:12-13; Tito 3:3-7; 1 Jn. 1:7, 9).
Creemos que cuando los cristianos mueren pasan inmediatamente a la bendita presencia de Cristo, donde disfrutan de comunión consciente con el Salvador hasta el día de la resurrección y transformación gloriosa de sus cuerpos. Los salvos morarán para siempre en deleitosa comunión con su gran Dios trino. También creemos que cuando los incrédulos mueren son enviados al infierno, ahí esperan por el día del juicio cuando serán castigados en el lago de fuego con una separación eterna, consciente y tormentosa de la presencia de Dios (Mt. 25:46; Lc. 16:19-31; Jn. 5:25-29; 1 Co. 15:35-58; 2 Co. 5:1-10; Flp. 1:19-26, 3:20-21; 2 Ts. 1:5-10; Ap. 20:11-15, 21:1-22:15).
La Iglesia
Creemos que la iglesia:
- Es el instrumento principal a través del cual Dios está cumpliendo sus propósitos redentivos en la tierra.
- Para equipar a los santos para la obra del ministerio Dios le ha dado a la Iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
- También afirmamos el sacerdocio de todos los creyentes y la importancia de que todo cristiano esté unido y activamente involucrado en una comunidad local de los santos.
- Predicamos la unidad del cuerpo de Cristo por encima de diferencias culturales y denominacionales.
- Creemos que la iglesia está compuesta tanto de judíos como de gentiles, creyentes unidos en Cristo. Reconocemos que, a través de la obra de Cristo, Dios ha formado un solo pueblo de las dos comunidades, rompiendo el muro de separación. Así, tanto judíos como gentiles son conciudadanos en el Reino de Dios y miembros de la familia divina. Juntos, formamos un templo consagrado al Señor, construido sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En Cristo, somos un cuerpo, una comunidad de fe, y el Espíritu de Dios habita en nosotros.”. (Efe. 2:18-3:6; Mt. 16:17-19; Hch. 2:17-18, 42; Ef. 3:14-21, 4:11- 16; 1 Ti. 2:11-15; Heb. 10:23-25; 1 P. 2:4-5, 9-10).
- Creemos que Dios ha llamado a la Iglesia a predicar el Evangelio a todas las naciones cumpliendo así la gran comisión de enseñar, bautizar, liberar y discipular. Este ministerio es una expresión del corazón del Señor Jesucristo y es parte esencial del reino de Dios (Is. 58:6- 12, 61:1; Mt. 5-7, 28:18-20; Lc. 4:18, 21:1-4; Gá. 2:10; 1 Tm. 6:8).
- Creemos que el bautismo en agua y la Cena del Señor son las dos ordenanzas que la iglesia debe observar hasta el regreso de Cristo. Estos no son medios de salvación, sino canales para la gracia santificadora de Dios y para la bendición de los fieles en Cristo Jesús (Mt. 26:26-29, 28:19; Ro. 6:3-11; 1 Co. 11:23-34; 1 P. 3:21).
- Creemos en el sacerdocio de todos los creyentes. Todo creyente en cristo tiene acceso directo a Dios a través de Cristo. (1 Pe. 2:9; Heb. 10:19-22). Creemos que todo creyente en Cristo es llamado a servir en la Iglesia. Por lo tanto, Dios le ha dado dones espirituales a cada creyente, de manera que pueda ser útil en la edificación de la Iglesia. Los dones espirituales son herramientas en nuestras manos que debemos usar para el beneficio del cuerpo de Cristo. (Efe. 4;11-16; Rom. 12:6-8; 1 Cor. 12:7-11).
- Creemos que Dios nos ha llamado a preparar una novia para casarse con el codero. (Apocalipsis 19:7-9; Apocalipsis 21:2; Efesios 5:25-27)
- Creemos que Dios nos ha llamado a edificar un lugar en la tierra donde el desea habitar. (1 Cor. 3:16; Efesios 2:19-22; 2 Corintios 6:16; Hebreos 3:4; 1 Pedro 2:4-5)
Los últimos tiempos
Creemos en la segunda venida de Cristo, evento que manifestará Su regreso a la tierra de manera personal y visible con el propósito de consumar su reino.
Creemos que la Iglesia será arrebatada y transformada recibiendo un cuerpo glorificado para gobernar junto a Jesús sobre las naciones.
Creemos que el entendimiento de los últimos tiempos es vital para la predicación completa e integral del evangelio. También creemos y oramos por una gran cosecha de almas en los últimos tiempos y el levantamiento de una Iglesia victoriosa que experimentará unidad, pureza y el poder sin precedentes del Espíritu Santo para el tiempo más oscuro de la historia. (Sal. 2:7-9, 22:27-28; Jn. 14:12, 17:20-26; Ro. 11:25-32; 1 Co. 15:20-28, 50-58; Ef. 4:11-16; Fil. 3:20-21; 1 Ts. 4:13-5:11; 2 Ts. 1:3-12; Ap. 7:9-14).
Creemos que la Iglesia gobernara con Cristo. Así que, estamos viviendo en un periodo de preparación para casarnos y gobernar con Cristo. (Apocalipsis 20:6; 2 Timoteo 2:12; Daniel 7:18; Daniel 7:22).La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Escucha uno de nuestros mensajes y deja que Dios toque tu vida : )