El domingo pasado se hizo historia en nuestra Iglesia, tuvimos la primea predicadora invitada. El mensaje que nos trajo fue muy ungido y muy apropiado. Nos ha pasado a todos en un algún momento de nuestras vidas. Estamos enamorados y completamente apasionados por las cosas de Dios. Tenemos una llama que arde intensamente en nuestros corazones, pero de pronto se nos apaga la llama.
Porque pasa esto?
- El enemigo le hecha agua a nuestro llama. Mentiras, dudas, desanimo, pesimismo, en fin son muchas las maneras como el enemigo le hecha agua a nuestra llama.
- El enemigo nos distrae para que desatendamos la leña. Nos preocupamos por cosas que al final no son importantes. Comenzamos a llevar cargas en nuestras vidas que Dios nunca ha querido que llevemos con nosotros. Comenzamos a amar las cosas de este mundo.
- El enemigo nos pone a dormir. Literalmente nos cansamos tanto, porque trabajamos tanto que cuando tenemos la oportunidad de servirle a Dios nos quedamos dormidos.
Muchas son las tácticas del enemigo pero el Deseo de Dios es que nuestros corazones ardan con fuego, amor, y pasión por Él. Dios nunca rechaza a un corazón sincero. Si venimos delante de El a reconocer nuestra necesidad de Él y pedirle que reavive la llama dentro de nosotros, Él es fiel y justo para escuchar y responder a nuestras oraciones.
Oración: “Querido Padre, vengo delante de ti con un corazón sincero. Te necesito. Ayúdame. Reaviva el fuego dentro de mí. En el nombre de Jesús. Amen.”
Tome unos minutos y escuche el mensaje. Óigalo aquí.