En Hebreos 4:12 la palabra de Dios nos dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Y en 1ª Tesalonicenses 5:23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Espíritu:
El espíritu es aquella parte del ser humano que tiene la capacidad de comunicarse con Dios sin ninguna intervención de la razón o el entendimiento. Y allí mora la conciencia, la intuición y la comunión.
La conciencia: es el órgano que discierne y distingue entre lo bueno y lo malo.
La intuición: es el órgano de sensación del espíritu humano… ese conocimiento que viene a nosotros SIN NINGUNA AYUDA DE LA MENTE, emoción o voluntad, viene intuitivamente…
La comunión: es adoración a Dios. Los órganos del alma son incompetentes para adorar a Dios.
Alma:
El alma esta ubicada entre el espíritu y el cuerpo, es la sede de la personalidad del hombre (Dios lo creó un «alma viviente»). El alma es un reducto inalienable, el cual ni siquiera Dios puede violar. Allí en el alma el hombre tiene todo el poder de decisión.
Cuando Dios creó al hombre, quiso que su espíritu fuera como un amo, el alma como un mayordomo y el cuerpo como un criado. El amo encarga asuntos al mayordomo, quien a su vez ordena al criado que los lleve a cabo. Sin embargo, con la caída, el alma se erigió en amo, y el espíritu se adormeció. Se rompió la comunión con Dios. Un hombre sin Dios tiene, normalmente, en función sólo el alma y el cuerpo. En cambio, uno que ha nacido de nuevo puede volver al diseño original de Dios: espíritu, alma y cuerpo.
Funciones del alma:
a)Emociones(se manifiesta el carácter) Este ámbito abarca los afectos, los deseos y sentimientos.
b) La mente. La mente es el instrumento de nuestros pensamientos. Por medio de la mente el hombre conoce, piensa, imagina, recuerda y entiende.
c) La voluntad (carácter). La voluntad es la capacidad que tiene el hombre para tomar decisiones. Es el verdadero «yo», que tiene la mayor influencia sobre la persona. Por tanto, la salvación plena tiene que alcanzar su voluntad.
Dios creó al hombre con una voluntad soberana, capaz de decidir por sí mismo. Ahora bien, cuando el hombre decidió por sí mismo, independientemente de Dios, cayó. La salvación se obtiene cuando la voluntad es puesta en obediencia a Dios. La voluntad del hombre tiene que unirse perfectamente a la voluntad de Dios para que la salvación sea completa.
El cuerpo:
Para que la salvación de Dios sea completa debe alcanzar al cuerpo. Aunque la obra de Dios comienza en el espíritu, y sigue con el alma, también debe expresarse en el cuerpo.
La importancia del cuerpo es evidente por cuanto Dios fue manifestado en carne. El Verbo se hizo hombre, lo cual permitió la salvación del hombre y la derrota de Satanás.
El cuerpo del Señor Jesús en la tierra fue el templo de Dios, “Mas El hablaba del templo de su cuerpo” Juan. 2:21; hoy el cuerpo del cristiano también lo es, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestro?” 1ª Co. 6:19. Uno de los mayores pecados (la fornicación) se asocia con el cuerpo, porque significa tomar un miembro de Cristo y hacerlo miembro de una ramera, “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitare, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? 1ª Co. 6:15.
Para concluir el Señor nos dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” 1ª Tes. 5:23.