¿Recuerdas la primera vez que te enamoraste?, acaso no fue hermoso?…, yo contaba cada segundo para encontrarme con esa persona…recuerdo que pasaba horas frente al espejo, me cambiaba mil veces (siempre seleccionaba mi mejor atuendo, incluyendo el perfume)…, aveces me bastaba sólo verlo por unos minutos o al menos escuchar su voz…..
Pues retomando la primera parte de esta publicación veíamos que el mensaje dado al hombre de la historia era: ” “Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu paciencia. Sé que no soportas a los malvados, que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles y no lo son, y que has descubierto que son unos mentirosos. Por causa de mi nombre has resistido, sufrido y trabajado arduamente, sin rendirte. Pero tengo contra ti que has abandonado tu primer amor.(Apocalipsis 2:2-4)”….
Esto me llevo a pensar ¿a que se refiere el primer amor?. Si bien lo más lógico es pensar que hemos caído en una monotonía, que se ha perdido la pasión por el ser amado; o que quizá ya no pasamos tanto tiempo con esa persona, ni procuramos decirle cuanto le amamos, talvez hemos dejado de tener como prioridad el agradarle…., en fin, creo que es claro a lo que me refiero, pero escudriñando la palabra encontré que el primer amor al que se refiere este pasaje es el primer mandamiento: “amarás al señor con todo tu corazón y sobre todas las cosas”, y este amor se refleja en paciencia, mansedumbre, gozo, paz, benignidad, etc.
Pero estas de acuerdo que aveces hemos sido engañados, maltratados, calumniados, traicionados….y podría llenar esta página con todas las cosas que nos han lastimado a lo largo de nuestras vidas, lamentablemente lo que empezó como un enojo poco a poco a echado raíces, ha generado amargura y resentimiento, a tal grado que hemos perdido las características del amor que mencionamos hace un momento. Si tu te identificas con esto, por favor toma unos minutos antes de irte a dormir y ahí a solas en tu intimidad con Jesús entregarle todo ese dolor, todo tu enojo, todo resentimiento, deja que el Espíritu Santo consuma con su fuego todo lo que estorba en tu relación con Dios y vuelve a tu primer amor…, no dejes que tu corazón se endurezca. Que el Señor te ministre, te consuele, te restaure y te bendiga.