“Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espiritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” – Filipenses 3:3
El Espiritu Santo desea trabajar en nosotros.
Dios está buscando un pueblo que le adore sin reservas. Cuando nos entregamos a El completamente y ponemos a un lado todo lo que estorba y distrae, el poder del Espiritu Santo comienza a fluir. Es algo que no se puede explicar de manera natural, pero se puede sentir y se puede vivir. El salva, sana, y bautiza. El poder de Dios es provocado por la alabanza. Su presencia y Su Espiritu se mueven en medio de Su pueblo.
Salmo 105:43 dice que Jehova “Sacó a su pueblo, a sus escogidos, en medio de gran alegría y de gritos jubilosos.”
En esta escritura aprendemos que cuando el pueblo de Dios salio de Egipto hubo alegria y jubilo en medio de ellos. En Egipto habia esclavitud y opresion. La vida en Egipto es la vida sin Cristo.
Hoy dia Cristo nos liberta de una vida de esclavitud y nos llena con Su Espiritu. El Espiritu Santo hace que sintamos alegria, cantemos, y dancemos. Esta es una señal que se manifiesta en todos los que son salvos y liberados.
Cuando abrimos nuestros corazones y le cantamos, entramos a ese lugar donde el Espiritu de Dios puede comenzar a hacer la obra, el toque, la cirugía realmente necesitamos en nuestras vidas. En ese momento comenzamos a entender cuan bueno cuan paciente, cuan amoroso, cuan bueno Él es para con nosotros.
Tome un momento para confesar con su boca que Dios le ama y pídale que El se mueva. Dígale que usted sabe que El le ama y pídale al Espiritu Santo que venga a su vida y le embarque con su presencia. Diga ahora con su boca: “Santo Espiritu ven muévete”